El costo mínimo que tendrá el Brexit salvaje promovido por el primer ministro Boris Johnson, en las relaciones comerciales entre México y Gran Bretaña, finalmente se conoce.

La Conferencia de la Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) estima en un estudio que los británicos perderán 180 millones de dólares en ventas a México, si no hay una salida ordenada de la Unión Europea (UE) el próximo 31 de octubre.

El impacto sería equivalente a cerca de 9% de las exportaciones británicas a México, detalla la investigación realizada por la directora de la División de Comercio Internacional, Pamela Coke, y el oficial de asuntos económicos, Alessandro Nicita.

En términos monetarios, México sería el cuarto socio no comunitario y con el que actualmente la UE tiene acuerdo de acceso preferencial, con el que Gran Bretaña registraría mayores pérdidas, detrás de Turquía (500 millones), Sudáfrica (240 millones) y Canadá (220 millones).

La UNCTAD dice que las pérdidas podrían evitarse si las partes pactan preservar el actual acceso recíproco al mercado.

En los tres años posteriores al voto favorable del Brexit, el gobierno británico ya negoció esquemas para preservar intactas las actuales relaciones comerciales con 29 países.

“Si bien el Reino Unido ha logrado garantizar el acceso preferencial a algunos países importantes, todavía hay grandes mercados con los que probablemente no habrá llegado a acuerdo en caso de un repentino Brexit sin acuerdo”, señala.

“En estos mercados, las tarifas serán sustancialmente más elevadas, especialmente para las exportaciones agrícolas”.

También sufrirá el sector automotriz, químico, textil y de artículos de piel, industrias altamente competitivas, por lo que una alteración de los aranceles se traducirá en pérdidas para los exportadores, expone.

En el mismo escenario, las pérdidas en ventas a la Unión Europea serían para Gran Bretaña equivalentes a por lo menos 16 mil millones de dólares.

En un Brexit duro, el Reino Unido pasará a ser un tercer país sin disposiciones transitorias, es decir, a partir de la hora cero, todo el derecho primario y derivado de la UE dejará de aplicarse en el Reino Unido, perdiendo así los privilegios comerciales resultado de los tratados de libre cambio suscritos por el bloque.

A ocho semanas de la retirada del Reino Unido de la UE y mes y medio después de que Johnson tomara las riendas del ejecutivo británico, la situación se mantiene como la heredó Theresa May: en completa parálisis.

“Si bien el Reino Unido ha logrado garantizar el acceso preferencial a algunos países importantes, todavía hay grandes mercados con los que probablemente no habrá llegado a acuerdo en caso de un repentino Brexit sin acuerdo”, señala.

“En estos mercados, las tarifas serán sustancialmente más elevadas, especialmente para las exportaciones agrícolas”.

También sufrirá el sector automotriz, químico, textil y de artículos de piel, industrias altamente competitivas, por lo que una alteración de los aranceles se traducirá en pérdidas para los exportadores, expone.

En el mismo escenario, las pérdidas en ventas a la Unión Europea serían para Gran Bretaña equivalentes a por lo menos 16 mil millones de dólares.

En un Brexit duro, el Reino Unido pasará a ser un tercer país sin disposiciones transitorias, es decir, a partir de la hora cero, todo el derecho primario y derivado de la UE dejará de aplicarse en el Reino Unido, perdiendo así los privilegios comerciales resultado de los tratados de libre cambio suscritos por el bloque.

A ocho semanas de la retirada del Reino Unido de la UE y mes y medio después de que Johnson tomara las riendas del ejecutivo británico, la situación se mantiene como la heredó Theresa May: en completa parálisis.


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