Se calculan otros 50 mdd anuales en costos relacionados con las inspecciones de calidad aplicadas a los tomates mexicanos en la frontera.
La construcción de un espacio de almacén para las inspecciones del tomate procedente de México costará a los importadores más de 200 millones de dólares, estimó la Asociación de Productos Frescos de las Américas (FPAA, por sus siglas en inglés).
Además, se calculan otros 50 millones de dólares anuales en costos relacionados con las inspecciones de calidad aplicadas a los tomates mexicanos en la frontera, según el organismo que representa a más de 100 empresas estadounidenses con sede en Nogales, Arizona.
El pasado 19 de septiembre, México y Estados Unidos firmaron el nuevo Acuerdo de Suspensión del Tomate 2019-2024, con el cual se suspendió la investigación antidumping del Gobierno estadounidense y el arancel de 25.28 por ciento que se había impuesto a este producto.
Como parte del nuevo Acuerdo, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) deberá inspeccionar los tomates bola, roma y grape que se importen desde México.
La FPAA afirmó que es innecesario exigir al USDA inspecciones de calidad en un artículo que ha demostrado una tasa de aprobación histórica de 99.76 por ciento.
La expansión de las inspecciones de tomates mexicanos, expuso, es la imposición de una barrera comercial no arancelaria y representa un paso atrás en el comercio internacional.
(La inspección) tiene un costo extremo para los importadores, quienes enfrentarán costos injustificados y la interrupción de los negocios debido al controvertido mecanismo de inspección de fronteras que actúa como una barrera técnica para el comercio”, indicó.
El nuevo pacto establece que el USDA completará la inspección dentro de 24 horas, pero no proporciona una exención en caso de que la inspección no se pueda realizar.
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