El Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) expresó su preocupación por el derrumbe de los precios internacionales del café y alertó sobre sus negativas consecuencias económicas, sociales y productivas. El director del organismo, Manuel Otero, dijo que la crisis es apremiante y está fuera del control de los productores.
En 2018 el precio promedio de una libra (0.45 kilogramos) de café Arábica, el de mayor calidad, fue de 1.01 dólares (poco más de 19 pesos), ante menos de 0.95 dólares en abril de este año, cuando alcanzó el promedio mensual más bajo desde julio de 2006.
Indicó que los bajos precios internacionales se sienten particularmente en México, Centroamérica, Panamá, Colombia, Perú, Ecuador, Bolivia, República Dominicana, Jamaica y Brasil, países en los que alrededor de 14 millones de personas están relacionadas con la producción y comercialización del grano.
Manuel Otero expuso que la coyuntura de precios impacta a productores a escala mundial y en especialmente a las familias dedicadas a la caficultura. Hay un efecto ampliamente negativo, con una disminución considerable del uso de tecnología e insumos agrícolas, lo que deriva en insuficiente aplicación de buenas prácticas en el manejo integrado de las plantaciones.
Abundó que en el mundo existen 25 millones de familias productores del grano que hoy no logran cubrir los costos de producción, hacer frente a deudas, sostener el empleo ni atender el cultivo con las inversiones mínimas de manejo agrícola, lo cual provocaría que se incrementen las plagas y baje la productividad.
Se trata –dijo Otero– de un escenario en el que ninguna actividad agrícola es rentable y por lo tanto no permite asegurar la producción de café. Provoca un mayor endeudamiento de productores y genera un alto flujo de migrantestanto interno como hacia otros países.
En ese contexto, llamó a la cadena agroindustrial del café, el sector privado y los gobiernos a comprometerse en la búsqueda de soluciones rápidas y de largo plazo.
Indicó que el sector requiere la activación de mecanismos que promuevan un comercio más equitativo, que garanticen elevar la rentabilidad de la caficultura, mayor ingreso para los productores y la diversificación productiva.
Indicó que el IICA lidera la elaboración de un plan estratégico para la reactivación y reposicionamiento de la caficultura en la región.
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