La Asociación Nacional de Fabricantes de Vehículos Automotores (Anfavea) replica las preocupaciones del presidente Donald Trump y los sindicatos estadounidenses sobre la amenaza que representan las cada vez más eficientes fábricas mexicanas que cuentan con trabajadores con salarios más bajos.

Los fabricantes de automóviles en Brasil advirtieron este martes sobre la amenaza de los autos baratos importados desde México, ya que el fin de un tope para el sector en el comercio bilateral representa un nuevo desafío para el predominio de la manufactura local en el mercado automotor más grande de Sudamérica.

Las filiales brasileñas de compañías globales como General Motors CoVolkswagen AG y Fiat Chrysler Automobiles NV, cuyas plantas locales se han beneficiado durante mucho tiempo por altos aranceles, afirmaron a través del grupo de la industria nacional Anfavea que les costó igualar los bajos costos de producción de México.

La advertencia de Anfavea replica las preocupaciones del presidente Donald Trump y los sindicatos estadounidenses sobre la amenaza que representan las cada vez más eficientes fábricas mexicanas que cuentan con trabajadores con salarios más bajos.

Brasil y México acordaron en marzo abrir el comercio para vehículos livianos tras años de contener los volúmenes. México ha buscado diversificar sus socios comerciales desde que Trump advirtió del posible fin del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

Ejecutivos de Anfavea dijeron que presentaron al Gobierno brasileño un estudio comparando los costos de producción y las cargas tributarias de las plantas en México y Brasil para resaltar el desafío.

“Tenemos una industria muy moderna en Brasil”, dijo Luiz Carlos Moraes, un ejecutivo de Mercedes Benz que asumió la presidencia de Anfavea hace pocas semanas. “Podemos atender nuestro mercado. Eso es lo que defendemos”.

Pero la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) parecía desconocer la postura de su contraparte.

“Nosotros tuvimos una reunión con Anfavea y nunca hubo un pronunciamiento como el que usted me está mencionado”, dijo el martes el presidente de AMIA, Eduardo Solís, cuando fue preguntado por un periodista en una conferencia de prensa.

“No hemos sentido esa preocupación que usted manifiesta que pudiera suceder. Estamos en libre comercio y pues queda pendiente una negociación de una regla (de origen)”, agregó.

Brasil tiene una de las economías más cerradas dentro de las principales del mundo, pero el tamaño del mercado ha atraído a algunas de las mayores fabricantes de automóviles para establecer producción local y servir lo que ha sido un de los cinco principales mercados antes de una reciente caída.

“No podemos perder nuestro volumen de producción actual, o nuestra capacidad de generar empleos, o nuestra capacidad de afectar el PIB del país”, aseguró Moraes, citando estadísticas recopiladas por los consultores PwC a pedido de Anfavea.

Moraes agregó que el estudio concluyó que fabricar un auto en México es un 18% más barato que en Brasil y que importar un vehículo mexicano a Brasil aún era más barato que uno producido a nivel local.

El ejecutivo realizó los comentarios en una conferencia de prensa para presentar estadísticas mensuales, que mostraron que la producción de autos en Brasil subió un 11.1% en abril desde marzo, al tiempo que las ventas aumentaron un 10.9 por ciento.

Las fabricantes en Brasil produjeron alrededor de 267,500 nuevos autos y camionetas el mes pasado, mientras que las ventas totalizaron unos 231,900 vehículos. En la comparación interanual, la producción subió un 0.5% y las ventas crecieron en un 6.7 por ciento.


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