Inversionistas de Wall Street están preocupados por la situación de Pemex; la viabilidad financiera de la empresa para un corto y mediano plazo y que el gobierno de AMLO tenga que rescatarla, advirtieron analistas de Barclays y BNP Paribás.
Inversionistas de Wall Street están preocupados por la situación de Pemex; los niveles altos su deuda, la tendencia decreciente de su producción; la viabilidad financiera de la empresa para un corto y mediano plazo y que el gobierno tenga que rescatarla, advirtieron analistas de Barclays y BNP Paribás.
Confían que la Secretaría de Hacienda continuará trabajando en un segundo paquete de apoyo para Pemex tras la serie de medidas fiscales anunciada esta semana. Con ellos discrepan analistas de Eurasia Group que estiman que a pesar de la baja de calificación de Pemex por parte de Fitch, no vendrá un ajuste en la política energética.
Desde Nueva York Joel Virgen, economista en jefe para México en BNP Paribassupone que “Hacienda podría dar alivio fiscal a la paraestatal e impulsar un programa de capitalización. Y en tanto avanzan, tendrán que enfrentar el reto de restar incertidumbre sobre Pemex”.
También desde Wall Street, el Jefe de Research para América Latina en Barclays, Marco Oviedo, comentó que “los inversionistas esperan que el gobierno anuncie más medidas para Pemex porque les preocupa que no se alcancen los objetivos de producción y empiece a contaminar el soberano”.
Acotó que las medidas fiscales anunciadas esta semana para aumentar el límite de los costos a deducir por parte de Pemex, para liberarle 11,000 millones de pesos por año para invertir, “fue demasiado light, e suficiente”, sin embargo admitió que se trató de un primer avance de varios más.
“Las autoridades llevan poco tiempo en su puesto y les tomará un poco más tomar cartas en el asunto”, evidenció.
Vulnerabilidad, carga del pasado
El estratega de BNP Paribás, considera que el estado de vulnerabilidad de la paraestatal resulta de un problema estructural donde Pemex no ha tenido espacio ni recursos para invertir o reinvertir actividades productivas y mejorar su perfil financiero.
Y pese a ello, la actual administración planea realizar cambios sustantivos en el perfil de la empresa.
“El plan de la administración actual para el sector energético y la paraestatal, para volverla a poner en el centro gravitacional petrolero de México, genera supuestos ambiciosos, poco congruentes con la tendencia que ha mantenido”, dijo.
Y el recorte de calificación de Fitch, confirma las preocupaciones sobre los detalles del plan de negocios que tiene el gobierno para Pemex, observó.
“Cierto es que el esfuerzo de capitalización de la paraestatal es positivo pero igual abre la puerta a la incertidumbre sobre la procedencia de los fondos y confirma el sentimiento del mercado sobre la viabilidad de Pemex”
Limitada fuerza del mercado
Desde Nueva York, el equipo de estrategas para América Latina de Eurasia Group, Daniel Kerner, explicó que la defensiva reacción del presidente Andrés Manuel López Obrador, tras el recorte de calificación de Fitch para Pemex, evidencia lo poco probable que es un cambio de planes para la paraestatal.
“Esta reacción resalta los límites de la capacidad de las fuerzas del mercado para influir en las acciones del nuevo gobierno y las deficiencias de su proceso de formulación de políticas”, sostuvieron.
Desde su perspectiva, el presidente de México “está convencido de que los problemas de Pemex son principalmente resultado de la corrupción anterior y que hicieron una mala gestión de forma deliberada”.
Y supone que el mandatario concluye que al disminuir la corrupción, se revertirá el problema de la producción. Lo que claramente es un mal diagnóstico.
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