México tuvo el año pasado el mayor dinamismo exportador de la región (con un crecimiento de 10% en sus envíos al mundo); su manufactura es fundamental en la integración de la zona, advierten.

América del Norte sólo puede competir unida contra China en el comercio internacional, coincidieron expertos consultados. En el 2018, las exportaciones de productos de este subcontinente sumaron 2 billones 564,000 millones de dólares, un alza interanual de 7.9 por ciento.

Con un valor similar, las ventas externas de China al mundo fueron por 2 billones 494,000 millones de dólares, un avance de 10.2%, a tasa anual.

Con estas cifras como telón de fondo, está en curso el proceso de ratificación del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), el cual sustituiría al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), vigente desde 1994.

“Si algo tenemos que hacer con este nuevo tratado es tener más comercio y no menos, esa es la oportunidad”, comentó Eugenio Salinas, coordinador y secretario técnico del Cuarto de Junto de la Concamin.

“Nosotros, en el sector privado, queremos ver las oportunidades, con más inversión y comercio, con nuevas disciplinas sobre todo en temas como la economía digital, las telecomunicaciones, la propiedad intelectual y el sector automotriz”, añadió Salinas. “Hay que hacer énfasis en el aprovechamiento de lo negociado”.

En tanto, China es el mayor exportador del mundo y si bien ha venido avanzando en sus compromisos ante la Organización Mundial de Comercio (OMC), sigue realizando prácticas desleales de comercio, con una característica atípica para una economía de su tamaño: la intervención del Estado en las empresas exportadoras.

“No hay desacuerdo en que China hace trampa. La única pregunta es si continuamos ignorando el engaño de China, o finalmente actuamos de manera decisiva para detenerlo”, dijo la semana pasada la Alianza para la Manufactura de Estados Unidos (AAM, por su sigla en inglés).

“Si bien hay muchos críticos con la imposición de aranceles, las circunstancias actuales y las perspectivas sombrías en nuestra relación económica bilateral requieren acciones audaces para obligar a China a cambiar sus prácticas y cumplir las promesas que ha hecho continuamente, pero que no se ha visto obligada a cumplir”, aseveró.

Muchos economistas reconocen que el TLCAN ha ayudado a las industrias manufactureras de Estados Unidos —especialmente a la industria automotriz— a ser más competitivas a nivel mundial a través del desarrollo de cadenas de suministro en América del Norte.

Una parte significativa del comercio de mercancías entre Estados Unidos, México y Canadá se produce en el contexto del intercambio de producción a medida que los fabricantes de cada país trabajan juntos para crear bienes.

“Si tenemos un mercado integrado de energía en América del Norte, somos industrialmente imparables”, destacó Luis de la Calle, director general de la consultoría De la Calle, Madrazo, Mancera (CMM).

“México es una potencia industrial a pesar de que todavía tiene muchos huecos, como ocurre en materia de distribución y abastecimiento de gas natural”, dijo.

De la Calle concluyó que América del Norte tendrá mayor viabilidad en la medida que aproveche mejor su ubicación, integración productiva, desarrollo tecnológico y fuentes de energía.

China no es economía de mercado: Alacero

La semana pasada se supo que China retiró su demanda contra la Unión Europea para ser reconocida como economía de mercado por la Organización Mundial del Comercio (OMC), lo cual fue celebrado por la industria latinoamericana del acero, sector que ha sido perjudicado por la sobrecapacidad de producción china del mencionado producto industrial.

El retiro de la demanda “confirma lo que la industria del acero viene afirmando desde hace muchos años: China no es una economía de mercado. Sabemos hace mucho que China es un problema debido a todos los subsidios que recibe su industria y han distorsionado el mercado mundial del acero”, refirió la Asociación Latinoamericana del Acero (Alacero), en un comunicado.

En diciembre del 2016 China, que había iniciado un caso en la OMC para resolver una disputa con Estados Unidos y la Unión Europea, por no darle el estatus de economía de mercado.

El Ministerio de Comercio de China afirmó que después de 15 años de su adhesión a la OMC (2001), todos los miembros de la OMC tenían la obligación de dejar de usar la modalidad de país referencial.

La condición de economía de mercado implica utilizar contra China otra metodología para determinar las cuotas compensatorias por dumping o subsidios, las cuales tenderían con ello a ser más bajas.

Estados Unidos le negó el estatus de economía de mercado a China, una exigencia que esta nación asiática mantiene para más de 150 integrantes de la OMC y que el presidente estadounidense, Donald Trump, ha precisado que no se la concederá.


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