El Gobierno canadiense insiste en que el T-MEC y las tarifas al acero y aluminio son dos procesos separados, aunque admite que siguen ensombreciendo la esperada firma del acuerdo trilateral.
El ministro de Finanzas de Canadá, Bill Morneau, dijo este jueves que su país firmará el Tratado comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) la próxima semana a pesar de la permanencia de las tarifas estadounidenses a las importaciones de acero y aluminio.
En la medida en que la fecha de firma se acerca -prevista para el 30 de noviembre en el marco de la Cumbre del G-20 en Argentina- el Gobierno canadiense insiste en que el T-MEC y las tarifas al acero y aluminio son dos procesos separados, aunque admite que siguen ensombreciendo la esperada firma del acuerdo trilateral, que quizá sólo sea realizada por los secretarios de Comercio de cada país.
Bajo razones de seguridad nacional, Estados Unidos impuso 25 y 10 por ciento de tarifas arancelarias a las respectivas importaciones de acero y aluminio. Ottawa respondió en consecuencia y en proporción, pero no ha podido lograr que su vecino del sur sopese que ambos son socios de acuerdos de seguridad continental, como NORAD y OTAN, y que el país no constituye ninguna amenaza a la seguridad de aquel país.
A pesar de que Ottawa insiste en que son procesos separados, lo cierto es que funcionarios canadienses han declarado que debido a la permanencia de estas tarifas, la firma del T-MEC se llevaría a cabo sin la presencia de los mandatarios, pese a coincidir en el G-20.
El ministro Morneau declaró este jueves que los negociadores canadienses están trabajando con sus contrapartes estadounidenses para tratar de resolver esta controversia comercial lo más pronto posible, aunque subrayó que Ottawa no hará que un conjunto de negociaciones dependa de otro.
Agregó que se sigue trabajando para verificar que el documento legal del T-MEC (USMCA, en inglés) sea igual a lo acordado.
Las discusiones para modernizar y actualizar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) se prolongaron más de un año en donde los negociadores de México, Canadá y Estados Unidos tuvieron que aterrizar acuerdos en reglas de origen en el sector automotriz, comercio de lácteos, patentes, propiedad intelectual, entre otros.
A fin de mantener abierta la frontera comercial del sur, por donde pasa el 75 por ciento de sus exportaciones, Canadá tuvo que abrir 3.6 por ciento su mercado de lácteos a los productores estadounidenses, por lo que el gobierno del primer ministro Justin Trudeau ha sido duramente criticado.
El Gobierno canadiense anunció el miércoles una serie de estímulos económicos, incluida la reducción de impuestos a las empresas por un monto de 16 mil millones de dólares, para mantener su competitividad frente a las firmas estadounidenses.
Tras aprender la lección TLCAN de no concentrar sus exportaciones en Estados Unidos, Ottawa ha intensificado la diversificación de sus exportaciones y continúa trabajando en un posible acuerdo comercial con China.
El Artículo 32.10 del Capítulo 32 del T-MEC establece que si alguno de los socios busca un acuerdo comercial con un país de “no mercado”, debe notificarlo a los socios, lo cual estaría bloqueando cualquier intento canadiense de llegar a un pacto con China.
Sin embargo, el ministro de Agricultura, Lawrence MacAulay, quien realizó recientemente una misión comercial a China, detalló que dicho artículo no limita la posibilidad de que Canadá alcance acuerdos comerciales con otros países.
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