La caída en la producción de Pemex o un deterioro financiero prolongado, seguramente repercutirá en la nota soberana.
Standard & Poor’s no tiene prisa para emitir una opinión sobre la capacidad de pago de Pemex. “Vamos a esperar para entender cómo ejecutará la administración actual el conjunto de factores que hay alrededor”, asevera el analista soberano de México, Joydeep Mukherji.
Será en marzo cuando la calificadora emitirá un comentario sobre el soberano mexicano, como tradicionalmente sucede, y seguramente ahí incorporarán algún comentario sobre la deuda pública y del pasivo contingente, que incluye a Pemex.
Entrevistado por El Economista, explica que cuando un país transita por un cambio de gobierno, genera incertidumbre en el mercado. “Pero cuando ese gobierno tiene otra orientación, la cautela es mayor. Por eso hay que esperar un poco para entender y analizar”.
Precisa que en la calificación soberana de México, que es “BBB+”, están tomando en cuenta la deuda explícita del sector público y los pasivos contingentes, donde claramente están las obligaciones de Pemex.
“Para nuestro análisis, sí tomamos en cuenta el tamaño de los pasivos contingentes porque en caso de que se presente algún problema en la petrolera, sabemos que será el gobierno quien le va a transferir recursos. De manera que la caída en la producción de Pemex, o un deterioro financiero prolongado, seguramente tendría repercusión en la nota soberana”, dijo.
Accede a explicar que entre las condiciones que llevarían a la agencia a recortar la calificación se encuentra un aumento en el nivel de pasivos contingentes del gobierno, que podría venir directamente de alguna empresa del sector público. O bien un crecimiento del PIB menor, que genere menos ingresos al gobierno, más endeudamiento y un debilitamiento de finanzas públicas.
Dice, no obstante, que su escenario base es que no habrá un cambio importante en el manejo económico, lo que permitiría que la calificación se mantenga en “BBB+”. Bajo esta premisa, el PIB continuará sobre 2.2% cada año, con una deuda aproximada a 45 o 44% del PIB; la flexibilidad monetaria y en el tipo de cambio, que les caracteriza, se mantendrá y la inflación estará en el mismo rango objetivo del banco central.
Hay otro escenario, que supone un mejor crecimiento económico que permite fortalecer las finanzas públicas y disminuir la carga tributaria. O bien, si las exportaciones o balance de comercio exterior generan mayores ingresos de dólares y menos endeudamiento, lo que sin duda mejorará el perfil financiero de México.
“Sí señalamos corrupción”
Acerca de la crítica del presidente de México a las calificadoras por no haber incluido en el pasado alguna observación sobre la corrupción y falta de respeto al Estado de Derecho en sus evaluaciones, dice que “desde hace muchos años hemos señalado el problema de corrupción y la falta de buenas reglas del juego como factor intrínseco en la nota de México”.
Desde la administración de Vicente Fox, que es cuando el analista empezó a llevar la calificación soberana de México, comenzaron a hablar de la debilidad estructural e institucional que prevalece en el país.
“Pero como no somos periodistas, ni policías, no damos detalles de tal compañía o ministerio o persona. Siempre resaltamos la corrupción y falta de institucionalidad”, expuso.
Refirió que una de las muchas razones por las que las reformas estructurales no se vieron reflejadas en el PIB pudo ser precisamente la corrupción, la baja institucionalidad y el limitado respeto al Estado de Derecho.
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