El gobierno de México se fijó la meta de elevar la Formación bruta de capital fijo como porcentaje del PIB, de 22.1% en 2018 a 25% en 2024.
Concretamente, este indicador se refiere al valor de las adquisiciones de activos fijos nuevos o existentes, menos las cesiones de activos fijos realizados por el sector empresarial, los gobiernos y los hogares como porcentaje del PIB.
Así pues, medirá si el ambiente de estabilidad macroeconómica efectivamente ha favorecido la inversión. El objetivo forma parte del Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024.
Una de sus estrategias es “Promover la apertura económica y un marco jurídico nacional e internacional que dé certidumbre, atraiga y promueva la inversión de calidad para el desarrollo sostenible”.
Inversión y liberalización
Otra estrategia consiste en que el gobierno promoverá la apertura económica para incentivar los flujos de inversión extranjera y el comercio internacional.
“Para lograr lo anterior, resultará indispensable fortalecer el marco jurídico para brindar certidumbre y garantizar la credibilidad y confianza en el cumplimiento de contratos y de los compromisos contenidos en los tratados de libre comercio y los acuerdos bilaterales de inversión”, se lee en el documento.
En este sentido, añade, será importante fomentar el diálogo en comités de cooperación internacional para continuar fortaleciendo el marco de estabilidad macroeconómica.
También expone que México está expuesto a crecientes riesgos, consecuencia de diversos factores tales como el cambio climático, la transición demográfica y las fluctuaciones en los precios internacionales de los bienes y servicios.
“Para garantizar la estabilidad de las finanzas públicas y con ello el bienestar de la población, el gobierno fortalecerá la estrategia financiera integral de manejo de riesgos. Reconociendo la alta exposición al impacto de desastres naturales, se integrarán las acciones de protección a infraestructura pública, se evitará”, añade el Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024.
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