México aceptó cambios que le pegan y le cuestan en el tratado que alcanzó con Estados Unidos y Canadá (T-MEC), en el capítulo de propiedad intelectual sobre medicamentos, admitió ante empresarios europeos Jesús Seade, designado por el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, como su representante en la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

En las llamadas biomedicinas, explicó, no existían reglas en el TLCAN original y se esperaba que se acordara una protección de cinco años para las mismas con posibilidades de extenderse otros tres, como se estableció en el Tratado de Asociación Transpacífico. Sin embargo, en el T-MEC quedó en 10 años y cada año son miles de millones de dólares de beneficios para las empresas internacionales. Eso es algo que sí le pega a México.

Otro cambio que también le pega al país, dijo, es el periodo de protección en la investigación e información que recopilan las farmacéuticas para producir medicamentos y registrar su patente.

Todo eso se endurece, entonces se va a hacer más largo el periodo entre la producción de unas medicinas de patente y su equivalente genérico. Es algo que también nos duele, comentó Seade en un encuentro con empresarios de cámaras de comercio de España, Italia, Alemania, entre otras, y justificó que en una negociación se gana y se pierde.

Sobre la propiedad intelectual en materiales audiovisuales, de plano dijo no saber si México perdió o no. Se aceptó endurecer la aplicación de la ley existente para que sea mucho más difícil copiar contenidos y robarse las señales con alambrito.

El tema es muy problemático y se tendrá que enfrentar. Eso, dijo, es progreso, pero puede ser socialmente complicado porque se toman compromisos fuertes de legislación e instrumentación de la ley.

En su exposición ante los empresarios, Seade se llevó más tiempo en detallar los cambios en las reglas de origen del sector automotriz. También dijo que se endurecieron las correspondientes a la industria textil y en cuanto a las de química reveló que los gobiernos de México, Estados Unidos y Canadá, por propuesta del primero, aceptaron que toda la negociación sobre productos químicos se dejara en manos del sector privado, hasta el final.

A solicitud de uno de los empresarios, comentó el capítulo energético y ponderó que además de consagrar de forma muy clara la soberanía del Estado sobre sus recursos naturales y procesos legales, se eliminó cualquier referencia a la actual Ley de Hidrocarburos, producto de la reforma energética, porque el presidente electo nunca estuvo de acuerdo con ella.

López Obrador me dijo, y yo se lo he dicho a todo mundo, que no queremos echar para atrás, en absoluto, la reforma energética. No se quiere modificar el espectro de concesiones que existe, pero me dijo que lo que comprometiéramos (en la renegociación del TLCAN) no se formulara en referencia a la Ley de Hidrocarburos, porque era avalarla, señaló.


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