El panorama para el presidente Andrés Manuel López Obrador, en materia de precios de gasolinas por las constantes alzas desde la liberalización de precios en 2017, puede tener un respiro que vendría de fuera.
El gobierno de Estados Unidos, a través del Departamento de Energía, prevé una baja en los precios de los combustibles en el segundo semestre de éste y del próximo año.
Para 2019 calcula que se reducirán las cotizaciones 4.7%, mientras que para el siguiente ejercicio la disminución será de 1.1%, lo que da margen de maniobra al gobierno mexicano para cumplir el compromiso de no aumentar los precios, en términos reales, al menos en estos dos años.
En su informe sobre perspectivas de corto plazo que elabora la US Energy Information Administration (EIA), con fecha del 9 de abril de 2019, los analistas proyectan que la principal causa de los ajustes a la baja se debe al pronóstico de menores cotizaciones en la materia prima que se usa para elaborar combustibles: el crudo.
Calculan que el precio del crudo texano WTI bajará de 65.06 a 58.00 dólares por barril entre 2018 y 2020, lo que representa una caída de 7.06 dólares, mientras que el crudo marcador Brent se reducirá de 71.19 a 62 dólares, 9.19 dólares menos.
Las proyecciones de precios de gasolinas en ese mercado para 2019 y 2020 refieren que las fluctuaciones de precios son estacionales, de manera que entre enero y junio hay un repunte en lo que pagan los consumidores, pero a partir de julio y hasta el cierre del ejercicio los precios bajarán.
En 2019 se espera que entre enero y junio el precio aumente de 2.26 a 2.82 dólares por galón, en términos reales, pero de julio a diciembre bajarán de 2.82 a 2.38 dólares.
En 2020, el precio subirá de 2.34 a 2.63 dólares y luego se reducirá de 2.63 a 2.35 dólares por galón.
Esto favorece la compra de gasolinas del mercado estadounidense, sobre todo a partir del segundo semestre, puesto que ese país es la principal fuente de suministro para México.
Actualmente, nueve de cada 10 litros de gasolinas importadas por Pemex provienen del mercado estadounidense (cifra a enero de 2019).
La petrolera distribuye los productos a través de sus 9 mil 930 estaciones de servicio: 9 mil 884 son privadas, pero forman parte de la Franquicia Pemex y 46 más son propiedad de Pemex Transformación Industrial (TRI).
En el caso de los importadores privados, 100% de las compras proviene de Estados Unidos. Este segmento lo conforman 2 mil 6 estaciones que no operan bajo la Franquicia Pemex, pero a las cuales Pemex TRI les suministra los combustibles.
De éstas, 386 operan bajo la sublicencia de las marcas de los productos Pemex y mil 620 utilizan marcas de otras empresas. Varias de ellas venden producto propio que traen desde sus refinerías en el extranjero.
Esta variedad en los tipos de estaciones y marcas, en un mercado abierto, supone que los movimientos de precios de gasolinas y diesel en México están atados a las fluctuaciones de precios, tanto de gasolinas como del petróleo crudo del mercado de Estados Unidos, y a la decisión propia de cada estación de servicio.
Sin embargo, hasta ahora ha pesado más el criterio de la decisión de los gasolineros para fijar precios que el comportamiento en los mercados internacionales, especialmente el estadounidense.
Entre septiembre de 2018 y enero de 2019 los precios que se pagaron por traer gasolina importada se redujeron de 90.121 a 62.948 dólares por barril, una reducción de 27.1 dólares por barril (-30.1%). Sin embargo, en México el precio de la Magna o Regular se elevó de 19.18 a 19.30 pesos por litro —promedio nacional—, y el diesel de 20.25 a 21.34 pesos por litro.
Solamente la gasolina Premium registró una baja de 20.65 a 20.20 pesos por litro.
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