México cedió un terreno considerable para que el país vecino del norte ratifique el Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC)”, aseveró el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (Ceesp), pero agregó que no hacerlo implicaba un riesgo enorme para la economía nacional.
De entrada es buena noticia, ya que asegurar la votación favorable del Congreso de Estados Unidos provee certidumbre para la inversión y los negocios en México… Se anticipa que, una vez en vigor, el tratado tendrá un efecto significativo para el crecimiento de la economía y mejoras al empleo, indicó en su análisis semanal.
El Ceesp depende del Consejo Coordinador Empresarial, considerado el organismo cúpula del sector privado, al que están integradas 12 confederaciones, cámaras y asociaciones empresariales, industriales, comerciales, bancarias, agroindustriales, bursátiles, de seguros y de exportadores.
Advirtió que los cambios que se hicieron al T-MEC, más de un año después de haberse firmado y que fueron aceptados el pasado martes por el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador para ser aprobados dos días después por el Senado, operan en contra de la competitividad de los productos mexicanos, al menos en el corto plazo. En particular mencionó los relacionados con las reglas de origen del sector automotriz y el capítulo laboral.
El análisis del Ceesp –repartido el sábado, pero quedó embargado para su publicación este lunes– no menciona la iniciativa que el gobierno de Estados Unidos envió el viernes anterior al Congreso de su país sobre el T-MEC y que contempla la designación de cinco inspectores laborales para que vigilen la implementación de la reforma en la materia en México.
La decisión, conocida tres días después de firmarse las modificaciones, tomó por sorpresa al gobierno de México, que ya había rechazado el envío de inspectores federales. El tema no forma parte de las modificaciones acordadas la semana pasada al T-MEC, declaró Jesús Seade, subsecretario para América del Norte, quien mandó una carta al representante comercial estadunidenses, Robert Lighthizer, para expresarle el rechazo de nuestro país.
En cuanto a las reglas de origen, el Ceesp sólo detalló que haber aceptado elevar a 70 por ciento el contenido regional de acero en las exportaciones industriales para dentro de siete años y revisar en 10 años la regla para el aluminio representa una restricción más a otras que México aceptó previamente. Entre ellas, que los automóviles incluyan 70 por ciento de contenido regional y que para 40 por ciento del empleo de la industria automotriz se pague a 16 dólares la hora, lo que implica más del doble del pago promedio actual en autos y cuatro veces el de autopartes.
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