La protección de la mano de obra estadounidense que se introdujo al Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) puede suponer una ventaja para los ingenieros y desarrolladores mexicanos. Los servicios integrados, sobre todo aquellos orientados al desarrollo de aplicaciones, diseño gráfico y contenido digital, tienen la oportunidad de aprovechar la brecha de costos que existe entre los productos y servicios digitales en los tres países de la región.
De acuerdo con Rodrigo Barrientos, director ejecutivo de Teed Innovación Tecnológica, una aplicación móvil en México cuesta seis veces menos que en Estados Unidos, con la misma calidad de desarrollo. Teed es una compañía basada en la Ciudad de México que se dedica al desarrollo de software, aplicaciones y plataformas de comercio electrónico.
El valor del comercio electrónico en México ha tenido una racha de nueve años de crecimiento a doble dígito y se calcula que en 2019 haya conseguido una década de incremento al hilo. La nueva década empieza para el comercio electrónico mexicano con retos como el estancamiento de la economía mexicana, la gestación de una industria digital en el país y la próxima entrada en vigor del nuevo acuerdo comercial entre México, Estados Unidos y Canadá.
El T-MEC incluye por primera vez un capítulo enfocado exclusivamente a lo que denomina comercio digital. Aunque este capítulo abarca solamente las normas para el comercio de productos y servicios digitales, como los libros electrónicos o los servicios de transporte por plataforma, hay otros segmentos del acuerdo que inciden en la comercialización de productos físicos a través de internet.
La distinción entre los productos físicos vendidos en línea y aquellos productos y servicios que son digitales es también relevante si se considera que la mayor parte del valor del comercio electrónico en México es atribuible al sector servicios.
La Asociación Internet MX, en su más reciente estudio sobre comercio electrónico en México, detectó que los segmentos más solicitados por los consumidores en línea están dominados por los servicios: transporte, reparto de comida y despensa, alojamiento, viajes, entradas a eventos y streaming de video y audio. En la lista se cuelan las descargas digitales (libros, películas, música).
Para Barrientos, entre las ventajas que encuentran los productos y servicios digitales dentro del T-MEC está el que se encuentran libres de aranceles; así como la protección del secreto industrial y la propiedad de algoritmos. La escasez de profesionales del desarrollo de software en todo el mundo hace que la brecha entre los salarios de los trabajadores especializados sea ventajosa para los desarrolladores mexicanos.
“Al hablar de sueldos en específico, la relación es más grande. Lo que tú le pagas a un programador en Estados Unidos es entre siete u ocho veces más que lo que le pagas a un programador en México y eso a las empresas nos da flexibilidad para pagar buenos sueldos y al mismo tiempo conservar la calidad. Ahí es donde veo una oportunidad de profesionalización del software mexicano”, dijo.
Consolidar normas
El siguiente paso para consolidar la aplicación del acuerdo comercial y notar sus efectos es adecuar las normas de cada jurisdicción de acuerdo con lo dictado por el T-MEC. Para Julio César Vega, director de la Asociación de Internet MX, es necesario analizar a detalle las regulaciones sobre temas aduanales, servicios financieros, ciberseguridad, protección al consumidor, protección de datos personales y normas anticorrupción para adecuarlas a lo que indica el nuevo tratado.
“Hay que hacer la revisión exhaustiva de lo que tenemos en las leyes y de lo que tenemos en otros tratados para hacer una depuración”, dijo Vega.
David Díaz, director de Consumo Masivo de Mercado Libre en México, dijo que los próximos años serán clave para la estrategia de negocio de la compañía —una de las más importantes en el comercio electrónico de México y la región—, una estrategia que incluye el dar acceso al mercado mexicano a vendedores de Estados Unidos y China.
Díaz aseguró que si bien la compañía cuenta con una plataforma para conducir a vendedores chinos o estadounidenses en los mercados latinoamericanos, lo cierto es que existen cuestiones como las regulaciones aduanales y la tributación que escapan de su control. Una de las modificaciones que podrían hacerse para mejorar el flujo comercial entre los tres países, dijo, es homologar los procesos aduanales en toda la región.
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